Caguama

La tortuga caguama es una de las siete especies de tortuga marina actualmente en los océanos del planeta, y es la especie más común en los mares de España (ver http://nmfs.noaa.gov/pr/species/turtles/). Estas tortugas caguama transitando frente a nuestras costas provienen de tres segmentos de población distintos del mar Mediterráneo y Océano Atlántico, y principalmente de tortugas originarias de las playas de puesta de la costa este de América del Norte.

Tras emerger de sus nidos cavados en estas playas, las pequeñas tortuguitas se dirigen a la orilla e inician una fase de natación veloz y alocada mar adentro alejándose de los peligros de la costa y llegando a las corrientes oceánicas donde pasaran los primeros años de su vida.

En esta primera fase oceánica las tortugas juveniles migran de forma pasiva acabando en sargazos a la deriva en el mar abierto junto a troncos, algas, y multitud de otras especies desde el plancton hasta las grandes ballenas (ver http://oceanservice.noaa.gov/facts/sargassosea.html).

 

 

El mar abierto!

Anidación

Tras dos meses de incubación bajo el sol tropical las pequeñas tortugas emergen de su nido e inician una carrera desenfrenada mar adentro escapando de aves, cangrejos y otros depredadores así como del peligroso oleaje costero.

Tortuguitas en la mar

Una vez mar adentro las tortuguitas ya pueden bajar la marcha y dejarse transportar por las corrientes oceánicas. En un mundo perfecto estas corrientes las llevaran a giros, frentes y otras formaciones oceanográficas donde las tortuguitas se agregaran con sus presas y también sus depredadores.

Efecto Oasis

En esta fase oceánica las tortugas pasaran varios años de su etapa juvenil. En los alrededores de las Islas Canarias e Islas Baleares estas tortugas encuentran un hábitat de alimentación extraordinario al que ellas mismas también contribuyen formando cada una de ellas un oasis donde se abrigan y proliferan algas, invertebrados y pequeños peces pelágicos, jugando un importante papel en la ecología del mar abierto o “Serengeti azul”.

La fase nerítica 

Conforme crecen y ganan masa muscular, y en torno a un tamaño de caparazón de unos 50 a 60 Kg las tortugas se hacen sub adultas y empiezan a alternar su fase oceánica con una fase nerítica, acercándose a la costa para alimentarse de grandes crustáceos en escarpes y cañones como los que encuentran en Alborán o las aguas costeras de las islas.

Migración a las áreas de reproducción

Tras unos siete años las tortugas sub adultas inician su migración transoceánica navegando un rumbo magnético que las llevara a su área de reproducción. Dependiendo de la zona en la que estén y la alimentación, las tortugas alcanzan madurez sexual en torno a los 15 años. A partir de este momento, las hembras entran en ciclos de desove de 2, 3 o 4 años emergiendo en cada ciclo unas 6 veces a su playa para cavar en la arena los nidos que incubaran sus puestas de unos cien huevos.

Amenazas

Anidación

Más de tres décadas de intensos esfuerzos de investigación y conservación han permitido hacer frente a muchas de las amenazas que llevaron a casi todas las especies de tortuga marina al borde de la extinción. Sin embargo, para garantizar la recuperación de las poblaciones no basta con medidas de gestión en sus playas de anidación, ya que hay que abordar los importantes riesgos que ocurren a lo largo de los distintos ciclos de las tortugas en mar abierto.

Tortugas en mar

En un mundo perfecto la agregación de tortugas en frentes y giros oceánicos es una estrategia adecuada para situarse donde están sus presas. Desafortunadamente, es también en estas mismas formaciones oceanográficas donde se acumulan hidrocarburos, redes de pesca abandonadas y sobretodo macro y micro plásticos que se asemejan a algunos de los principales alimentos de las tortugas, como plancton y medusas.

 

Oasis

La ingesta de plásticos, productos tóxicos e hidrocarburos, o el enmallamiento en cabos, redes y alquitranes son algunos de los principales riesgos para las tortugas juveniles y sub adultas en su fase oceánica (ver plastiki.com5gyres.org). Otra amenaza importante para estas tortugas es la captura accidental en artes de pesca. En el Mediterráneo son especialmente peligrosas las redes de deriva  que a pesar de ser ilegales siguen utilizándose en el norte de África e Italia. También hasta hace poco (2008) existía una importante problemática de captura de miles de tortugas en anzuelos de pesca de palangre de superficie. Afortunadamente una pesca a mayor profundidad y con carnada de pescado durante los meses de máximo riesgo (junio – septiembre) ha permitido reducir en gran medida este riesgo.

La fase nerítica 

Las tortugas en esta fase tienen un comportamiento de inmersión mucho más activo que en la fase oceánica. Sus inmersiones las exponen a un peligro importante de ahogamiento en el caso de enmallamiento en artes de pesca profundos como almadrabas, palangres de fondo, arrastre o trasmallo.

Colisiones con embarcaciones

Las tortugas pasan largos periodos en la superficie para respirar, descansar y captar calor. Este comportamiento de flotar o “basking” es sobretodo común en su fase oceánica, y las lleva a ser extremadamente vulnerables en zonas de alta densidad de tráfico marítimo. El riesgo de colisión es sobretodo elevado cuando se trata de embarcaciones rápidas.

Encontrando soluciones

 

   

 

 

 

 

 

 

 

Estudiamos las migraciones, movimientos, patrones de inmersión, el uso de hábitat de las tortugas y su biología sensorial, colaborando estrechamente con los pescadores para identificar los factores de riesgo y poder así trabajar en el desarrollo de medidas de gestión de riesgo basadas en ciencia.